lunes, 25 de octubre de 2010

Start with us.

La frustación de no ser como uno mismo espera puede conducir a una proyección malinterpretada de los demás... Cuántas veces hemos querido cambiar un rasgo de alguien? Una palabra, un gesto? Nuestra vida esta llena de "ojalá lo pudiera cambiar", solo por no querer asumir que quizás hay que empezar por uno mismo.
Hay que saber aceptar a las personas, las situaciones... tal como son. Porque la belleza de la existencia radica en la diversidad, en los errores... Los lamentos sólo hacen que se escape algo maravilloso en la siguiente calle. Y la vida no esta para eso... sino para disfrutarla, apreciarla, valorarla, y ser capaces de llegar al final de ella orgullosos de lo que hemos llegado a ser.

sábado, 23 de octubre de 2010

El sino del ateo necesitado de afecto

No es que no crea en Dios,
no, no,
supongo que sí, porque :
Ahí están
los prados reordenando el jaleo de la sangre
entre las venas,
las rocas y el mar perfeccionando secretos,
las grandes distancias.
Ahí están
el pensamiento en y fuera de sí,
los placeres banales que nos liberan de ser sólo
carne de futuro.
Ahí siguen
los montes de venus,
las pasmosas colinas con su perfume imperdonable,
la velocidad de los latidos como flores que ya no caben en el tiesto,
la íntima intensidad braceando en el exuberante hallazgo
del sabor de las palabras.
El faro y un barco
resumiéndolo todo.
Una sonrisa que no sube a la superficie
pero sí al fondo
de otra sonrisa
que tampoco
sube.
Ahí lo ves: El flexo que calienta
estas sílabas sin equilibrio
diciendo lo mudo que me caigo.

Claro que creo en Dios.
Pero sin que él se entere,
para que no crea
que le necesito.

martes, 12 de octubre de 2010

Adrenalina

Revoluciónate, siente, grita, corre... vive. Recuerdas a los 6 años la sensación cuando jugabas al escondite y estaban a punto de pillarte? Cuándo salías disparado para que no te pillaran... esa subida de adrenalina que te encantaba sentir en tu cuerpo? Por qué abandonamos nuestros deseos más primarios?
Crecemos, y con ello parece que tengamos que dejar de disfrutar de los pequeños placeres que nos proporciona la vida. Y eso no es así, siempre debe haber tiempo para huir de todo... correr, y dejarte llevar por tus instintos notando la vibrante vida en tu cuerpo. Siendo consciente de que se escapa y que de vez en cuando hay que aferrarse y vivirla al máximo.